sábado, 10 de noviembre de 2007

Fear of the Dark

I am a man who walks alone
And when I’m walking a dark road
At night or strolling through the park

When the light begins to change
I sometimes feel a little strange
A little anxious when it’s dark

Fear of the dark, fear of the dark
I have a constant fear that someones always near
Fear of the dark, fear of the dark
I have a phobia that someone’s allways there

Have you run your fingers down the wall
And have you felt your neck skin crawl
When you’re searching for the light?
Sometimes when you’re scared to take a look
At the corner of the room
You’ve sensed that something’s watching you

Have you ever been alone at night
Thought you heard footsteps behind
And turned around and no one’s there?
And as you quicken up your pace
You find it hard to look again
Because you’re sure there’s someone there

Watching horror films the night before
Debating wiches and folklore
The unkown troubles on your mind
Maybe your mind is playing tricks
You sense and suddenly eyes fix
On dancing shadows from behind

Fear of the dark, fear of the dark
I have a constant fear that someones always near
Fear of the dark, fear of the dark
I have a phobia that someone’s allways there

When I’m walking a dark road
I am a man who walkes alone

jueves, 8 de noviembre de 2007

Amor e Indiferencia


Cuentan que una bella princesa estaba buscando consorte. Aristócratas y adinerados señores habían llegado de todas partes para ofrecer sus maravillosos regalos. Joyas, tierras, ejércitos y tronos conformaban los obsequios para conquistar a tan especial criatura.Entre los candidatos se encontraba un joven plebeyo, que no tenía más riquezas que amor y perseverancia. Cuando le llegó el momento de hablar, dijo: -Princesa, te he amado toda mi vida. Como soy un hombre pobre y no tengo tesoros para darte, te ofrezco mi sacrificio como prueba de mi amor. Estaré cien días sentado bajo tu ventana, sin más alimentos que la lluvia y sin más ropas que las que llevo puestas .Ésa es mi dote...La princesa, conmovida por semejante gesto de amor, decidió aceptar.

-Tendrás tu oportunidad: Si pasas la prueba, me desposarás.

Así pasaron las horas y los días.

El pretendiente estuvo sentado, soportando los vientos, la nieve, y las noches heladas. Sin pestañear, con la vista fija en el balcón de su amada, el valiente vasallo siguió firme en su empeño, sin desfallecer un momento. De vez en cuando la cortina de la ventana real dejaba traslucir la esbelta figura de la princesa, la cual, con un noble gesto y una sonrisa, aprobaba la faena.Todo iba a las mil maravillas. Incluso algunos optimistas habían comenzado a planear los festejos. Al llegar el día noventa y nueve, los pobladores de la zona habían salido a animar al próximo monarca. Todo era alegría y jolgorio, hasta que de pronto, cuando faltaba una hora para cumplirse el plazo, ante la mirada atónita de los asistentes y la perplejidad de la infanta, el joven se levantó y sin dar explicación alguna, se alejó lentamente del lugar.

Unas semanas después, mientras deambulaba por un solitario camino, un niño de la comarca lo alcanzó y le preguntó a quemarropa:

-¿Qué fue lo que te ocurrió? ..Estabas a un paso de lograr la meta. ¿Por qué perdiste esa oportunidad?. ¿Por qué te retiraste?

Con profunda consternación y algunas lágrimas mal disimuladas, contestó en voz baja:

-No me ahorró ni un día de sufrimiento... Ni siquiera una hora... NO MERECÍA MI AMOR.

El merecimiento no siempre es egolatría, sino dignidad. Cuando damos lo mejor de nosotros mismos a otra persona, cuando decidimos compartir la vida, cuando abrimos nuestro corazón de par en par y desnudamos el alma hasta el último rincón, cuando perdemos la vergüenza , cuando los secretos dejan de serlo, al menos merecemos comprensión. Que se menosprecie, ignore o desconozca fríamente el amor que regalamos a manos llenas es desconsideración o, en el mejor de los casos, ligereza. Cuando amamos a alguien que además de no correspondernos desprecia nuestro amor y nos lastima con su indiferencia, estamos en el lugar equivocado. Esa persona no se hace merecedora del afecto que le prodigamos. La cosa es clara: si no me siento bien recibido en el corazón de alguien, empaco y me voy. La misión de todos en este mundo es encontrar la felicidad, pero la real, no la que creemos que es.

Nadie se quedaría tratando de agradar y disculpándose por no ser como les gustaría que fuera. No hay vuelta de hoja.


En cualquier relación de pareja que tengas, no te merece quien no te ame ni te comprenda, y menos aún, quién te lastime. Y si alguien te hiere reiteradamente sin mala intención, puede que te merezca, pero no te conviene... porque despues de todo la vida continua


Una Canción: "A Tale that wasn´t right" de Helloween
Un Libro: "El Médico" de Noah Gordon

Un Lugar: Mi dulce nube (My sweet shadow) donde subo a menudo

miércoles, 7 de noviembre de 2007

Abuelo



Lo sé. Es algo evidente, pero no por ello menos desalentador. El tiempo se le escapa, y no hay manera de detener su avance… Tras una vida de sufrimiento, trabajo y miles de historias contadas o vividas, el camino está llegando a su fin… “El fin de una etapa es el principio de otra” quieren creer los ancianos, pero mi cabeza me dice que no, que animales somos (un poquito especiales, pero muy poquito) y que la única diferencia que nos distingue es la cultura, y tal vez el cuidar de los nuestros al final de sus vidas (los animales suelen hacerlo sólo de su prole). En todo caso, el fin ya se vislumbra..

El cuerpo, cansado por la lucha contra la enfermedad y desgastado por el paso de los años, reclama ya un merecido descanso. La alegría de vivir, existente hasta hace bien poco, se ve ahora tan lejana como la infancia, y los periodos de ausencia son cada vez más profundos... Al despertar de ellos, la cruda realidad abruma al anciano, envolviendo de tinieblas sus cada vez más escasos momentos de lucidez… Pero él siempre mira al frente, y no se queja de nada, aunque todos sepamos que en el fondo, tiene miedo. Miedo a lo desconocido, miedo por lo que dejará atrás, miedos en definitiva…

Pese a ello, él siempre vivirá mientras permanezcan en mí los recuerdos de mi niñez, de mis veranos pasados a su lado, de sus palabras y consejos… En definitiva, de la voz de la experiencia frente a la incrédula inocencia. Siempre estarás en mis pensamientos, en mi memoria, y hasta en las expresiones, frases y refranes de los que me empapé cuando era chavalín!!. Te lo juro, abuelo…

Una canción: "Mi casa" de los Suaves

Un libro: "El Principito" de Antoine de Saint-Exupéry (soñador como yo)

Una Película: "El Abuelo" de Jose Luis Garci (1998) ---


viernes, 2 de noviembre de 2007

El Columpio y el Miedo

Siempre ha tenido la habilidad de dejar las cosas pasar, mientras ve como se balancean, hacia delante, hacia atrás, como se desvanecen al escaparse de su vista. Y nunca ha tratado de obstaculizar su huída. Sí, siempre ha sido un poco cobarde. No es capaz de contabilizar las ocasiones en que ha perdido el control de la situación, y de ellas tan solo conserva sus fantasmas. Ellos son los únicos que permanecen, son tan cobardes que ni siquiera tratan de huir. Como ella.

Siempre, también, ha sabido como evitar que nada le hiciese demasiado daño. O demasiado poco. Así, en el momento de duda, antes de que algo desaparezca, es ella la que desaparece para recrear en sus momentos de soledad esas situaciones idealizadas por el paso de los años. Las trama a su antojo, a veces caprichosamente, otras, las más, de forma cuasi deliciosa, escogiendo el final de cada relación: no solo con las personas, sino también con sus objetos, únicos desde que llegan a sus manos.

Así, solo basta abrir el cuaderno y leer. Tras la tercera página, recuerda, por ejemplo, como veía el mundo de pequeña, tras esos ojitos hipermétropes. Tras la quinta, como F., su primer amor, de adolescencia quiero decir, decidió abandonarla y amar a muchas otras, para que otros, tal vez, pudiesen amarla a ella. Y nada tiene que ver con el miedo. No. Porque siempre ha tenido miedo.

Miedo al compromiso, pero aún más a la soledad... Miedo a ser feliz, aunque también a la distancia... Todo es turbio, aunque nada hará desaparecer la esperanza de un futuro en paz.



Una Canción: "Vispera de Todos los Santos" de Los Suaves.

Un Libro: "Creación" de Gore Vidal.

Un Lugar: "León: mi tierra".

No puedo olvidarme hoy, día de fieles difuntos, de honrar la memoria de los que han sido, pues gracias a ellos, somos lo que somos... "No escupas en la tierra, pues de ella provenimos y a ella regresaremos"